Silent Way
es un enfoque de enseñanza de idiomas desarrollado por Caleb Gattegno en la década de 1960. Se centra en el aprendizaje auto dirigido, donde el docente habla lo menos posible para que los estudiantes tomen un papel más activo en el proceso de aprendizaje (el estudiante debe avanzar por si mismo).
Rol del docente:
En el Silent Way, el docente actúa más como un facilitador que como un transmisor de información. Su objetivo es guiar a los estudiantes para que descubran por sí mismos cómo funciona el idioma. El docente interviene lo mínimo, solo cuando es necesario, utilizando herramientas como tarjetas de colores (Cuisenaire rods), señalización y pizarras fonéticas para representar sonidos y estructuras lingüísticas sin depender del habla.
Ejemplos de aplicación en el aula:
1. Cuisenaire rods: el docente presenta varillas de diferentes colores y longitudes para representar palabras o frases. Los estudiantes deben combinar las varillas para crear oraciones, descubriendo por sí mismos las reglas gramaticales.
2. Pizarras fonéticas: el profesor usa una pizarra para escribir palabras o letras clave. Luego, en lugar de pronunciar las palabras, señala partes de la pizarra y espera que los estudiantes deduzcan el sonido correcto, apoyándose en el contexto.
3. Corrección mínima: si un estudiante comete un error, el docente no lo corrige directamente. En su lugar, señala de nuevo las pistas visuales (varillas o la pizarra), permitiendo que el estudiante corrija su error de manera auto dirigida.
Ventajas:
- Autonomía: los estudiantes desarrollan habilidades de resolución de problemas y autodirección, lo que fomenta un aprendizaje más profundo.
- Atención a la precisión: al descubrir por sí mismos, los estudiantes tienden a prestar más atención a la exactitud y a la estructura del idioma.
- Menos dependencia del docente: los alumnos no dependen de la corrección constante del profesor, lo que puede generar más confianza.
Desventajas:
- Falta de orientación verbal: para algunos estudiantes, especialmente aquellos que dependen de la instrucción oral, la falta de explicación verbal puede ser confusa o frustrante.
- Demanda cognitiva: puede ser cognitivamente exigente para los estudiantes, ya que deben resolver los problemas del idioma sin muchas explicaciones explícitas.
- No apto para todos los niveles: puede ser más efectivo en contextos avanzados, pero en niveles principiantes o con estudiantes más inseguros puede generar ansiedad y dificultad en el entendimiento.
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Referencia:
Richards, J. C., & Rodgers, T. S. (2001). Approaches and Methods in Language Teaching (2nd ed.). Cambridge University Press.

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